La única verdad es que ella no la amaba, pero ese modo extraño que tiene la vida de desgastar a los idealistas, fue tan palpable en cierta etapa de su vida, que se vio sin más remedio que adaptarse al molde de su cama, y de su mesa, y de su sala y de ese modo de vida que –si no era molesto- era frío y sin vida
Tuvo que decirle adiós a las fantasías y los sueños de un amor arrebatado que entraría a su vida en un una mirada, tuvo que quitarse todo antojo de romanticismo, y conformarse con ver en otros amores –siempre lejanos- todas las cosas que esperaba para si misma.
No hay amores instantáneos
No hay encuentros mágicos
No hay reencuentros de vidas pasadas donde tu alma reconoce a tu compañera metafísica y se unen sin más explicaciones con una sonrisa de complicidad
No hay amor eterno, ni ‘siempre me quedare contigo’, no hay un amor para ti solamente, nadie te esperaba con el corazón abierto
Lo que hay es esto, solo esto, un sentimiento decidido, fabricado bajo pedido, que lucha día a día por ser un amor verdadero, un amor de esos, que son más ganas que anhelos
No hay comentarios:
Publicar un comentario