miércoles, 2 de enero de 2008

Cafe!

Mi primer post del año, va dedicado a otro placer de la vida...

Soy Amiel y soy una adicta al café. (Aquí es donde agradecen mi sinceridad) Del café me gusta todo, pero sobretodo su olor, me gusta olerlo momentos previos a degustarlo, desde la preparación, cuando lo vacías en la cafetera (de preferencia prensa francesa) y todo el cuarto se llena de esa nube deliciosa, que luego se hace mas densa cuando lo sirves en la taza. Ahí aspiro.

Luego, cuando lo bebo, en verdad todo mi cuerpo responde, es estimulante desde que toca mi lengua y hasta que lo termino. Me gusta también el ambiente que promueve, así como las cubas o jaiboles se dan con cierto ambiente, el café antoja platicas tanto relajadas como con pasión, no importa, pero eso si, siempre sabrosas, dan ganas de seguir cafeteando, escuchando, comentando.

Y aunque nunca me preocupo cuando me decían que dejara de cafetear tanto, es bueno tener el dato de que no hace tanto mal al organismo como los frígidos quieren hacer creer. De hecho, tomándolo con moderación puede hacernos algunas bondades:

  • Ayuda a prevenir el consumo de drogas y alcohol.
  • Alivia dolores de Cabeza.
  • Reduce la incidencia del mal de parkinson
  • Estimula al cerebro (memoria, la atención y la concentración)
  • Disminuye la incidencia de depresión, suicidios, cirrosis.
  • Aumenta la energía física sin causar dependencia.
  • Aumenta el rendimiento escolar.


¿Que más podría esperarse de una bebida divina? Por que todos sabemos (y no soy musulmana jo!) que Gabriel el ángel, dio al profeta una bebida negra, que lo libro de su enfermedad.

Que las alegres cabritas que pastaban y comían esos frutos rojos, por la noche en vez de caer rendidas seguían brincoteando

Que los Árabes guardaron como un secreto todo el proceso de cultivo y procesamiento del café y trataron de evitar la extradición de las semillas, afortunadamente fallaron, y el café comenzó a conquistar territorio en el mundo, y llegó a Italia en 1645 y a Inglaterra en 1650 donde se abrió el primer establecimiento de venta de café en Europa.

Se cree que la introduccion del Café a México debio efectuarse por el puerto de Veracruz en 1790, y segun los investigadores los primeros arbustos procedieron de Cuba.
Ahora, en mexico contamos con buen café reconocido internacionalmente, de los mejores, Chiapas y Veracruz (personalmente, prefiero Chiapas).

Pero si hablamos de favoritos, mi café favorito sobre todos, (y no es comercial) es el café Illy, una verdadera delicia, café de verdad, no tonterias.

Y para finalizar, dejo a manera de breviario los parámetros que disfrutamos, calificamos o distinguimos (según tu personalidad) en un café.
- Acidez
La acidez es una característica deseable en el café, que por ningún motivo debe ser confundida con lo agrio. Se experimenta en la sequedad que el líquido produce en los bordes de la lengua y en la parte de atrás del paladar, y le da a su sabor cualidades marcadas, vibrantes e individuales. Sin suficiente acidez, el café tiende a ser plano.
- Aroma
Las gracias del aroma son difícilmente separables de las del sabor. Sin él, sólo podemos percibir cuatro sabores (dulce, agrio, salado y amargo); con él, el paladar gana variedad y matices.
El juego oloroso incluye muchísimos aromas... Animal, cenizo, ahumado, químico, medicinal, achocolatado, acaramelado, maltoso, tostado, terroso, dulce, salado, amargo...
- Cuerpo
El cuerpo se refiere a la sensación del café en la boca, a la viscosidad, peso y grosor con que es percibido en la lengua. Esa característica está relacionada con los aceites y las sustancias que se extraen durante el tratamiento del grano.
Generalmente, los cafés de Asia tienen más cuerpo que los de Sud y Centroamérica.
Un buen truco para medir el cuerpo de distintos cafés es echarle la misma cantidad de leche a cada uno. Cuando son diluidos, los brebajes con más cuerpo mantienen más sabor que los otros.
- Sabor
La acidez, el aroma y el cuerpo dan forma al sabor del café. Es la relación entre estos tres factores la que hace un determinado café más o menos agradable. Las características típicas del sabor son tres: riqueza, complejidad y balance.
Brillo, sequedad, agudeza, acaramelado, achocolatado, delicado, terroso, fragante, frutoso, maduro, dulce, vinoso, salvaje, almendrado, picante: todos estos términos son apropiados para referirse a lo que es deseable en un café.
Amargo, muerto, sucio, plano, graso, suave, agrio, delgado, duro, fangoso, rancio, áspero, gomoso, aguado: nada de esto habla bien de una taza de café.


Besos aromaticos.
A.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Aunque no tengo el habito de tomar café.. muy interesante!. Kiss.

©Iv4n4 dijo...

extraño un buen café. pero me pasé al te, porque me hace tremendamente mal :( Me pone paranoica y pienso que alguie va a morir o a tener un accidente. Patético...

Anabel dijo...

Mmm por momentos le encuentro un doble sentido a tus palabras. La foto ayudó me parece jaja.

A dijo...

por que me excita su acidez, aroma, su cuerpo y su sabor?

jo!

Que antojo el mio caray!

Besos enviciados.
A

Ironía, sarcasmo, humor negro, sexo, amor y desamor, cine, libros, música, mujeres, locura, amargura y cosas peores