jueves, 24 de abril de 2008

ANTESALA A LA ONTOFOBIA



Porque esta vida es insufrible: seca como el bacalao. Monótona como un reloj, pálida como los fantasmas, y las mas veces sin chiste y sin gracia, TODOS procuramos estar el menor tiempo en ella: a la primera oportunidad nos evadimos al sueño diurno o por la ventana del televisor o a bordo de la butaca del cine o a través de la lectura, y hay quienes por impaciencia, deciden cortarla rebanándose las venas o ahogándose en la almohada de narcóticos.

No importa el modo, cada quien lo elige acorde sus recursos, pues lo mismo sirve un galón de brandy que un novelón de Tolstoi, una canción pegajosa y recurrente o un billete de lotería capaz de ilusionarnos.

Siempre estamos dispuestos a la fuga, a poner en el radar de la conciencia las imágenes que vienen de la fantasía, por que las que proceden de la vida son generalmente un fastidio: vivimos a espaldas de la realidad, si no la mayor, si la mejor parte del tiempo, y salvo algunos masoquistas que se aferran a la insípida cotidianidad y no la sueltan, los demás, soñadores y distraídos, somos una legión de sonámbulos que vamos por la calle con los ojos en blanco pensando en otra cosa. Y es que aparte del amor (que al fin es otro sueño) son pocos los motivos por los cuales baja uno al mundo de buen grado, normalmente, lo que nos lleva a él, es el dolor o el hambre.

Oscar de la Borbolla.

8 comentarios:

Gaby dijo...

Pues aunque reconosco que todos tenemos tendencia a soñar despiertos con un mundo mejor o ideal, pienso que afirmar que calificar la vida como insufrible es algo extremo.

Un saludo A. :)

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Yo tengo posturas encontradas, por un lado me parece atroz la existencia y como diría Cioran, tengo este inconveniente de haber nacido; pero por otro lado, también se me inflama el pecho cuando algunos sucesos cotidianos se resignifican y siento ese develamiento de la realidad. Creo, a pesar de todo, que la existencia tiende a la amargura y el sufrimiento, es por eso que siempre será bueno recordar esa parte de la oración: "a ti te pedimos, gimiento y llorando, en este valle de lágrimas".
Parece que lo mejor será darnos cuenta que la vida es dura, pero que eso no es un infierno y que podemos, como dices, fugarnos para estar mejor, al mundo no se baja, en el mundo estamos... sólo es eso lo que queremos creer.

Como decía Vallejo: "hay golpes en la vida, yo no sé"

Buenos malabares.

Bar dijo...

Pos dice Saramago (quien no es de todos mis plácemes) que hay dos tipos de perosnas en este mundo, los optimistas y los pesimistas, los pesimistas son esos que quieren cambiar al mundo porque hay lago que ets mal en él, los optimistas somos aquellos que vivimos felices porque no le falta ni le sobra nada.

Anónimo dijo...

Qué bien que sueñas, quien sueña puede transformar el futuro. Su futuro.

Estoy de acuerdo que hay cosas que dices "que porqueria". Pero diré que he aprendido que se tiene control de solo lo que tenemos detras de las narices. Nada más. Valorando un poco o un mucho lo que la vida te da, es posible que la felicidad te muestre una sonrisa.

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Pues yo soy pesimista en cuanto a la humanidad (pero no porque quiero cambiar el mundo, sino porque creo que es una mierda y que nunca va a cambiar). Pero me considero optimista en cuanto a mi propia vida.

A dijo...

Yo no soy pesimista (aun) trabajo en ello, soy una optimista en rehabilitacion.

Y la vida si me parece detestable, para mi es una feria del terror para la que no compre boleto pero ni modo, ya estoy aca y como no soy suicida (solo eternamente inconforme) me queda vivir de la mejor manera posible. Por eso soy hedonista, es mi manera de evadir la realidad.

Igual entiendo para los que la vida es maravillosa, bien por ellos.

besos en recuperacion
A.

E.L.V.I.R.A. dijo...

Yo mejor nomas vivo... y lo que venga lo recibo porque Madre Naturaleza y Papá Karma me lo dio...

Ironía, sarcasmo, humor negro, sexo, amor y desamor, cine, libros, música, mujeres, locura, amargura y cosas peores