¿Qué ritos de iniciación habré de vivir ahora? Trasponer las puertas de mi mundo conocido y llegar al vestíbulo del mundo lésbico me hizo rememorar los misterios de Eleusis "¿Eres dign@?" Cuando eres arrostrado a los límites de la tierra plana, sustentada por la tortuga, la primera reacción al vislumbrar el confín de tu mundo, es... ¿miedo? No, terror. Si Proserpina intentaba desasirse de los brazos de Plutón, esa desesperación, esa resistencia que fue plasmada de manera magistral por Bernini, en ocasiones me parece el reflejo de un combate cotidiano. Todos luchamos en nuestros inframundos (y, paradójicamente, no siempre como adversarios).
Tras mi sustituto del ciceón -la cafeína- prosigo con mis delirios existenciales.
Veamos...
la primera vez.
La primera vez que pude degustar café (ese elíxir cuasiprohibido para la niña de la casa), la primera vez que mi órgano vomeronasal detectó un aroma plagado de feromonas, la primera vez que terminé de leer un libro -que, gracias a la infinita sabiduría de Dios, no fue de Corín Tellado-, la primera vez que acaricié un gato, la primera vez que ví brotar sangre tras la incisión de un escalpelo... todas y cada una fueron vestíbulos de mundos de fantasía, que se prolongaban hasta la agonía. Una vía común: el hedonismo.
Así, tras el oleaje de catecolaminas para sobrevivir al estrés de lo desconocido, puedes abordar la barca de Caronte, o utilizar alguna de las bicicletas de Remedios Varo -o una de sus barcazas, por qué no- (o mejor aún, transmutarte y ser el vagabundo, que no el "hermitaño" -pobre, debieron verlo tan solo que le asignaron una letra compañera, aunque muda- que lleva consigo lo necesario para su vida -hogar, transporte y persona alojados en el mismo cuerpo-). Sin necesidad de personas externas, como Annette Legrand, o como el helminto de Covadlo:
"(...) Criaturas de la noche. Vampiros de la selva y las cuevas, criminales degenerados que acechan a sus víctimas entre la puesta del sol y la madrugada, bebedores de sangre, como Erzsébet Báthory. Todos ellos deberían haber aprendido de la tenia, que es el rey de los parásitos. La así llamada lombriz solitaria, que hace su buena vida en los intestinos sin provocar escándalos; sin plantearse la posibilidad del rejuvenecimiento o la inmortalidad. La tenia, al contrario de Erzsébet Báthory, no pretende la hermosura. No la pretende porque no la necesita. No tiene que seducir a ningún otro ser: se basta a sí misma para los negocios sexuales. (¡Eso sí que es independencia!) En cada uno de los segmentos de su cuerpo, que puede llegar a los quince metros, hay órganos sexuales completos, masculinos y femeninos. La tenia se folla a sí misma. Criaturita de la noche..."
¿De chile, de dulce y de manteca? Probablemente. Pero tras una vigilia de casi 36 horas, mis sinapsis se aparean como les viene en gana (lo cual, dicho sea de paso, no me molesta en absoluto)
7 comentarios:
No se, creo que esa Tenia un día se va a aburrir, y va a tener que evolucionar para buscar la diversión, cosa que de paso siempre trae consigo la galantería y el coqueteo. ¿O será al revés y nosotros debemos evolucionar a ser como la Tenia? Espero que no.
Creo que las primeras veces son buenas pero tmabien las segundas unos las disfruta con todos los sentidos :D Saluditos primerisos A
Diablo ,Biologicamente no evolucionamos a la tenia, pero socialmente si.
AuroreDupin y la primera vez que tomaste mate...¿nada?
Besos ahumados
A.
La primera vez es como un encuentro con algo nuevo, pero a la medida que se repiten pueden tomar un aire extraordinario.
Saludos.
Aurore Dupin, A
Las primeras veces siempre resultan, creo, un poco estresantes; pero después todo fluye... bueno casi siempre.
Bonito y muy significativo nombre o alias, Aurore Dupin. El verdadero y no el seudónimo de George Sand; gran mujer y escritora, siempre luchando por ser ella, aun en contra de los convencionalismos de su tiempo.
Besos aromatizados
PS me faltó lo más importante: decir que me gustó mucho este texto debutante, rico, diverso, sensual.
Besos agradecidos
Diablo: ya que más puedo agregar a los comentarios pertinentes de A.
Rous: Si Poesía no me corre, probablemente haya segunda.
A: Sí, por supuesto, faltó agregarlo. Pero el maestro Cortázar lo ha descrito con toda la gloria.
Nav!'s: sin duda hay personas que hacen de los encuentros cotidianos algo extraordinario (A)
Marichuy: Grazie.
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