Historia del ojo

Para seguir en la onda del porno y por que terminé ‘Historia del ojo’ de Georges Bataille.

Hoy comprendí un poco más sobre lo que determina que algo nos resulte ofensivo, con este libro que es clara e intencionalmente obsceno (y muy bueno también), donde se detalla cada una de las perversiones que estos jóvenes realizan desde el despertar de su vida sexual poco común, basada inicialmente en la masturbación, vouyerismo y exhibicionismo, y rebasando cada vez mas limites morales hasta llegar al asesinato y necrofilia.

El lenguaje y contenido de la historia del ojo no dejan nada a la imaginación y pudieran resultar demasiado fuertes para espíritus sensibles, en lo personal, algunas recurrencias sin ofenderme, llegaran aburrirme un poco, yo no lograba entender la insistencia de Bataille en algunas practicas especificas, que en momentos parecían impuestas artificialmente. Pero después leí algunas notas personales que tocaban el tema del paralelismo involuntario de su vida, con lo que había plasmado en ese libro. (aquí recuerdo los comentarios sobre la pedofilia en el post de el anatomista)

Bataille comparte algunos eventos trágicos y desagradables de su juventud -totalmente ajenos al contexto sexual- que fueron definitivos en su vida y le dejaron marcado, pero él no los tenía frescos en la memoria, sino hasta haber terminado su libro, al darse cuenta que mientras él quería inventar algo terriblemente trasgresor y obsceno, lo que venia a su mente, eran los iconos de su sufrimiento.

Así es como un hombre le confirió a la orina el carácter de inmundicia, mayor que cualquier otra cosa (materia o concepto) en el universo.

Aquello que consideramos trasgresor ( o sucio, o inmundo, o malo), puede relacionarse entonces con la pornografía, y claro, con la sexualidad. De manera que si mis rutas mentales derivan en que el color verde tiene algo impuro, es posible que al final de una larga cadena, me excite viendo marcianitos o al grinch.



Este libro me hizo cuestionarme un poco sobre la doble moral. Y pienso en un caso hipotético de un doblemoralino (de provida y panista), quien por línea considera que el hombre y la mujer deben casarse para tener hijitos, que el sexo es para la procreación y al casarse con una respetable señorita recién egresada del colegio de monjas está cumpliendo con lo que debe ser su vida por que es bueno, él considera que su mujercita no es como las bailarinas exóticas que son unas sucias, perdidas, y veneno puro para la célula de la sociedad, razón por la cual también le confiere un halo de morbo, y luego el deseo infrenable de dejar la mitad de su sueldo en las tangas de esas perdedoras. (tangas como las que jamás usará su santa mujercita)


No es poco común encontrar señores respetables en los table dance, u homofobicos en los antros gay, es la misma razón por lo que alguien pacifista le guste el sexo con violencia, y a una persona sumamente diplomática le exciten las palabras vulgares en la cama, hay montones de ejemplos similares. ( con esto no pretendo decir que el morbo de los non santo, sea el único vehiculo por el que se llegue a la sexualidad, es una verdad innegable que hay personas que también o exclusivamente, encuentren sus vias en la virtud y aquello que enaltece)



Así pues, la pornografía es tan vasta como es vasto el universo de cosas a las que les otorgamos las cualidades negativas. Cada quien puede hacer su propio porno a la medida. Como la belleza, la pornografía también esta dentro del ojo del espectador.
Besos violentos
A