Los vampiros vegetarianos, habían sido alguna vez, -hace muchas décadas- vampiros de sangre pura; esto es, vampiros que beben únicamente sangre humana, y no cualquiera, debe ser sangre tipo O negativo, ya que ellos son intolerantes al factor Rh
Siempre obtuvieron la sangre que requerían de las granjas de humanos en África, donde es menos escaso aquel tipo sanguíneo, por que obtenerla de bancos no les resultaba atractivo, los eritrocitos lavados tenían -decían siempre- un gusto artificial.
Por muchas décadas, ellos fueron vampiros promedio, salvo la excentricidad de no morder humanos sino obtener sangre de importación; pero pasado el tiempo, en las reuniones y fiestas fueron tema de conversación, ganaron la mala fama de humanistas, pero sus defensores opinaban que es ilógico llamar humanistas a aquellos que de hecho beben sangre de humanos, que en tal caso, ese insulto podía corresponder a la nueva moda de vampiros kosher, quienes se alimentan exclusivamente de sangre de buey y cordero, argumentando que la dieta de los humanos -cada día menos saludable- dejaba rastros de colesterol y conservadores en los colmillos, dándoles una apariencia amarillenta poco pulcra.
Pero todos se equivocaban un poco, los vampiros vegetarianos sentían en cada gota de sangre la naturaleza del hombre y notaban que con su ingesta, el cuerpo pálido se les impregnaba de su esencia, así pues, por las noches al desayunar, se horrorizaban llenándose de celos, de envidias por sus iguales, se sorprendían luego tratando de enemistar a los amigos, avergonzar a los populares, odiando a los que no se reían de todos sus chistes, ocultando las verdades, comportándose como aquellos que fueron antes de ser mordidos, pequeños por dentro.
Sintieron que perdían la grandeza de ser vampiros al llenarse de los vicios más humanos. Cada día, en cada sorbo. Lloraron.
Así se convirtieron como si se tratara de una religión, al doble exilio, al de la vida, siendo seres de la oscuridad, pero también al exilio de la sangre, y se les unieron a razón de 3 vampiros por año y cambiaron su hábitat alejándose de las sucias ciudades, criando animales fantásticos y una nueva sociedad. Cortaron fruta -la más roja para su consuelo- con la esperanza de que al paso de los años y la distancia pudieran desintoxicarse de tanta humanidad.
Siempre obtuvieron la sangre que requerían de las granjas de humanos en África, donde es menos escaso aquel tipo sanguíneo, por que obtenerla de bancos no les resultaba atractivo, los eritrocitos lavados tenían -decían siempre- un gusto artificial.
Por muchas décadas, ellos fueron vampiros promedio, salvo la excentricidad de no morder humanos sino obtener sangre de importación; pero pasado el tiempo, en las reuniones y fiestas fueron tema de conversación, ganaron la mala fama de humanistas, pero sus defensores opinaban que es ilógico llamar humanistas a aquellos que de hecho beben sangre de humanos, que en tal caso, ese insulto podía corresponder a la nueva moda de vampiros kosher, quienes se alimentan exclusivamente de sangre de buey y cordero, argumentando que la dieta de los humanos -cada día menos saludable- dejaba rastros de colesterol y conservadores en los colmillos, dándoles una apariencia amarillenta poco pulcra.
Pero todos se equivocaban un poco, los vampiros vegetarianos sentían en cada gota de sangre la naturaleza del hombre y notaban que con su ingesta, el cuerpo pálido se les impregnaba de su esencia, así pues, por las noches al desayunar, se horrorizaban llenándose de celos, de envidias por sus iguales, se sorprendían luego tratando de enemistar a los amigos, avergonzar a los populares, odiando a los que no se reían de todos sus chistes, ocultando las verdades, comportándose como aquellos que fueron antes de ser mordidos, pequeños por dentro.
Sintieron que perdían la grandeza de ser vampiros al llenarse de los vicios más humanos. Cada día, en cada sorbo. Lloraron.
Así se convirtieron como si se tratara de una religión, al doble exilio, al de la vida, siendo seres de la oscuridad, pero también al exilio de la sangre, y se les unieron a razón de 3 vampiros por año y cambiaron su hábitat alejándose de las sucias ciudades, criando animales fantásticos y una nueva sociedad. Cortaron fruta -la más roja para su consuelo- con la esperanza de que al paso de los años y la distancia pudieran desintoxicarse de tanta humanidad.
besos rojos
A.
por cierto...Ha partido el promotor de arte de Remedios ...
9 comentarios:
Querida A
Dirás que soy rara, pero los vampiros siempre me han encantado... al menos la imagen cinematográfica que tengo de ellos; así que esta historia me encantó.
Pobrecitos vampiros... si la sangre que tomaron era de gente mala.
Yo les recomendaría un jugo de betabel, que es rico en nutrientes, incluido el hierro.
Besos vegetarianos
Llenarse de humanidad los hizo cada vez menos no-humanos, o me equivoco??
Los vampiros el arte de morir eternamente.
Saludos.
Buena historía, buena analogía tal y como dijo Serrat: "astemio de sangre, era la verguenza, de los otros vampiros y de las vampirezas"
Saludos a deshora.
hola:d El libro que te decia antes (el crepusculo) habla de vampiros"vegetarianos" ojala puedas leerlo, no es el mejor libro, tampoco ella es una gran escritoria pero la historia me parecio entretenida:D Saluditos
la imagen del vampiro o vampiresa en el mejor de los casos, está fundado en una idea erótica.
habrá que ver si hay alguien que nos quiera consumir, o bien, nosotros querramos consumirlo.
un juego que puede llevar toda la vida.
salud.
Hola queridisima A.-
Me encantó esta entrada ya que soy una fanática de los vampiros, sin ir más lejos, cuando era pequeña solía vestir de vampiro con habitualidad, también bestia de esa forma a mi hermanita cuando era una bebita aun.
No pude dejar de recordar con esta entrada a la famosa serie inglesa de dibujos animados el Conde Pátula.. la recuerdas?… el vampiro vegetariano que odia ser vampiro que fe despertado después de cientos de años por un error con salsa de tomate en vez de sangre… maestro!!!
Saludos sangrientos de una casi vegetariana
Ganima.-
Ese texto me encanta.
Sin embargo, siento que al volverse vegetarianos, esos vampiritos pierden ese toque siniestro que los caracteriza y que tanto me atrae.
Eso de convertirse en vegetariano no es muy conveniente, pues los hace debiluchos y vulnerables (pregúntale a Lestat en Entrevista con el Vampiro).
No hay como una buena mordida en el cuello de una hermosa mujer jeje.
Por cierto, sólo para aclarar el comentario de mi amiga Rous.
En el libro de Crepúsculo (que no me gustó), los vampiros no se vuelven vegetarianos, sino que cambian su dieta a sangre de animales.
Un beso sanguinolento tipo ORH+
los vampiros que no beben sangre son menospreciados incluso por los humanos 'pierden su encanto', imaginense con los demas vampiros!
Besos aguados
A.
ya conoces este link ??
http://murtuusinanima.wordpress.com/
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