lunes, 22 de diciembre de 2008
La venganza de Santa
Gracias a nuestra amiga queridísima Marichuy por compartir con los Hedonistas y este blog.
México, D.F., diciembre 22. La mañana de ayer en las inmediaciones de la Alameda Central, elementos de vigilancia pertenecientes a la Delegación Cuauhtémoc encontraron el cadáver de un hombre de aproximadamente 55 años; quizá su edad fuese inferior pero los estragos del tiempo parecían haber sido magnificados por una vida de excesos, tal como lo demostró un examen toxicológico y el alcoholímetro aplicados post mortem. El hombre parecía haber sufrido mucho antes de exhalar su último suspiro, o al menos eso reflejaba la mueca de dolor que no alcanzó a borrarse de su cara con la muerte. La policía informó que el occiso sostenía en su mano derecha una carta de despedida dirigida…
A mis detractores,
Primero que nada sepan que su odio estaba bien correspondido; y ahora sí, a lo que me truje:
Que les quede bien claro que esta chamba de Santa Claus era tan jodida, como ridícula. O qué ¿acaso piensan que a mí me gustaba usar ese estúpido e incómodo traje rojo? Pues claro que no; la odiaba casi tanto como a la navidad y a ustedes; pero ni modo, de algo tenía yo que medio vivir. Sepan también bola de tontos, que yo fui quien se hartó de ser el viejito bonachón de mejillas rozadas y sonrisa beata, sosteniendo sobre sus piernas a escuincles latosos y malcriados que posan para la foto del recuerdo. Me tenían hasta el gorro esos mocosos que parecían tener chinches y nunca paraban de revolotear. Si por lo menos hubiera ganado bien, pero a cambio de enfriarme el trasero noche tras noche y de lidiar con chamacos latosos, apenas recibía una miseria. Tanto escuincle y tanta alharaca, más los ruidos de los coches y el pitar de los vigilantes uniformados terminaban por generarme dolores de cabeza insoportables y aún así, tenía que sonreír a esos bodoques necios que insistían en jalonearme la barba y picotearme la panza, mientras se balanceaban una y otra vez sobre mis doloridas piernas… como si yo fuera un "sube y baja" de lo que hay en el parque. Cuántas veces me quedé con ganas de darles unas buenas nalgadas para que dejaran de fastidiarme. Y cómo no enfadarme, si con los pocos pesos que ganaba durante toda la temporada navideña apenas me alcanzaba para comer cualquier porquería y calentar mis huesos con un licor barato, en lugar de beberme completa la botella de buen coñac como siempre deseé. No saben qué sufrimiento el mío, tener que lidiar con esos niños chillones y moquientos, mientras frente a mí pasaban las antojables nenorras del table dance; a ellas bien que me las hubiera cargado… y sin cobrarles.
Y cómo si todas esas penurias no fueran suficientes, en los últimos años tuve que lidiar con una más: el desprecio. A veces estaba yo en el parque esperando que llegaran clientes y por ahí pasaban jóvenes estudiantes gritándome cosas horribles; diciendo que yo era una imitación barata de la cultura gringa; un ser nefasto, que para lo único que servía era para alentar la adoración al consumismo. Pobres imbéciles, como si Santa Claus fuera la única cosa que han impuesto los gringos sobre las costumbres de este país. Jo,jo, me insultaban mientras se bebían una lata de Coca-Cola(¡!) Puras poses de jovenzuelos presas de un repentino ataque de existencialismo, fuera de tiempo y espacio. Solo porque ahora se mira muy cool odiarme, es que todo mundo pretende hacerlo; pero ya me imagino a todos mis críticos en su infancia, seguro eran de los que junto a sus ridículas cartitas dejaban un vaso de leche con galletas [vaya ñoñez… si hubiesen acostumbrado dejar una botella de Courvoisier, hasta me hubiera alquilado para entregar juguetes a domicilio].
Todos me odiaban, gritaban su desprecio en mi cara; me lo demostraban por medio de grafittis amenazantes y lo promovían a través de de la Web. Para colmo, este año ya no me contrataron para trabajar durante las mañanas en la juguetería de esa tiendota de Insurgentes Sur. Dijeron que yo estaba algo démodé y que además, no combinaba con la temática de su nueva decoración decembrina. Habrase visto, ahora resulta que yo no combinaba con una decoración navideña. Seguro esos también están en crisis... y no precisamente existencial. En la calle me han insultado, jaloneado y hasta correteado mientrasn me gritaban "viejo panzón decadente" y me lanzaban latas vacías de Coca Cola. Como si yo no tuviera sentimientos. Pero si los tengo y su odio y desprecio me han hecho sufrir muchísimo en estos últimos tiempos, creando en mí un gran complejo de inferioridad; a tal grado, que esta fría noche me siento como un pobre diablo, al que más de uno quisiera ver muerto y al que otros tantos, señalan como el máximo símbolo de la hipocresía, la ñoñez y el consumismo.
Querían matarme, borrarme del mapa, acabar con todo lo que represento y de paso, sepultar sus frustraciones infantiles. Pero no les iba a dar ese gusto, así que antes que soportar una humillación más… prefiero largarme yo. Ahi los dejo con sus amarguras y con el berrinche de no haber podido asesinarme, porque cuando lean esta carta, yo ya estaré bien muerto pues me tomé casi un litro de un coctelito preparado a base de metanol y mezclado con un poco de brandy barato... pero envasado en una botella de Courvoisier VSOP.
Al final me salí con la mía… jo,jo,jo…
Santa Claus
ay me saludan el estúpido grinch
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17 comentarios:
Es neta esa noticia? no manches que loco:S los traumas de cada quien :S en fin :S:D Saluditos y feliz navidad sin santa:D
Pobre Santa, ya dejenlo en paz. Aunque a mi ni me va ni me viene, nunca recibí regalos de ese señor, yo fui siempre cliente de los santo reyes...
ese teléfono parece carpintero, porque hace ring... porque hacer ring...
Ay sí, ahora se hace la víctima el viejo panzón. Jo, jo, jo.
Besos simples
Mi querida A
Gracias por arriesgar su buen nombre... conmigo.
Besos felices
Santa parece ser algo menos hipócrita que sus detractores, ¿no?
Maldito viejo gordo! Tenía que ser yankie (jajajajaja dijo el izquierdoso resentido!) maldito! de que sirve tu capitalista actuar ahora!? nunca serás un icono en camisetas y mantas de barras de futbool como el Ché!
santa no tendrá camellos?
E.R
El Santa nomás tiene a Rodolfo, el reno. Pero este de la carta no, el clima de la ciudad de México no les va ni a los renos, ni a los camellos.
Marichuy: ¿Cómo que el clima del DF no les va a los renos? ¿No has visto por ahí unos renos con look de camioneta? :P
Árabe: Uy, creo que ahorita no tengo cabeza para escribir un texto santacida (sigo trabajando), pero si se me ocurre algo se lo mando a nuestra querida A.
A: Ya nos estamos aprovechando de tu blog y usándolo como foro de discusión. Besos apenados
jajaja...
el Blog de las queridas Henodistas se ha convertido en expositor de temas santacidas!!
Acá en mi desierto tambien hay muchos renos con dizfraz de camionetas, y autos de todo tipo hasta vochos!!..jejeje
Besos navideños pa`todos !! =)
Diana
perdoooooon..!!
me equivoqué brutalmente...jaja
puse Henodistas..!!!
Se me enredaron los dedos nada mas...
Jajajajajajaja!!!
Mataste a santa Marichuy!!!! No mames… ahora sí eres mi heroína, me cae!!!
De haber sabido que a santa le gustaba el chupe lo hubiéramos puesto bien pedo antes de que saliera de su casa cada navidad… ¿te lo imaginas?
…En la tranquilidad de una noche navideña, un fosforindo toma su megáfono:
-trineo rojo convertible, oríllese a lorilla… párese sin detenerse…
Por lo menos habría hecho de esta época tan deprimente algo un poco más divertido :)
Un abrazote navideño para ti!
ja ja ese oficio no fue muy cool
pero Q.E.P.D.
tragedias da la vida.
un saludo y prospero 2009
hl
Agradeciendo el foro que nos prestan nuestras queridas hedonistas.
Strika.- Querida, tienes razón, se me olvidaban esos ridículos renos disfrazados de camionetas; puagh. Besos sin cuernos.
Güera Rodríguez.- Aprovechando el chance que me brindó la querida A., saqué a airear mi neura.
Juan.- Gracias; pero no lo maté, nomás "lo suicidé", je. Besos.
David.- Absolutamente de acuerdo, fue de lo más resentido.
Besos grinchescos
Henodistas!!! es por que en estos dias con heno?
Marichuy, de nuevo gracias, no es ningun riesgo, por el contrario, por eso te lo pedi!, mas bien, a ti gracias por decir que si, esta es tu casa ;), si no lo sabias, ya lo sabes.
Queridos todos, gracias por estar, feliz 2009
besos sinceros
A.
Queridos camaradas de la Red:
Santa Claus murió en cumplimiento de su deber, ya hace muuucho tiempo.
Cuando la explosión demográfica elevó la cantidad de niños a casi 2,000,000,000... de los cuales alrededor de 350,000,000 vivirían en zonas urbanas. Y dado que Santa Claus tendría sólo 31 horas (considerando que recoriera el mundo de Este a Oeste, aprovechando así los husos horarios y el "jet-lag"), si en promedio hubiese 3.5 niños por hogar visitado, tendría que haber llegado a cada uno de los hogares a visitar (100 millones, más o menos) en aproximadamente 0.001116 segundos, es decir, como UN MILISEGUNDO!!
Esto, obviamente, implicaría viajar a la navideña velocidad de poco más de 1,000 kilómetros por segundo, o sea, casi a Mach-60!!!
(Breviario cultural: Mach-1 = Velocidad del Sonido. De Nada).
Para esto, y para cargar cerca de 350 millones de juguetes con peso promedio (digamos) de un triste kilito, serían cerca de 350 mil TONELADAS de singulares objetos "Made in Taiwan" (la recesión, ustedes saben). Por lo que necesitaría de un montón de súper-renos...
TODO LO CUAL se carbonizaría debido a la enorme aceleración necesaria para cumplir su Heroica (sí, niñotes y niñotas detractores del KAMIKAZE ROJO Polar: Heroica!!) Misión.
Y como todos los Héroes, se cuenta que Santa Claus pereció (junto con sus renos de narices rojas: no era porque Rodolfo estuviera ebrio, sino porque fue la parte de su cuerpo que llegó primero a los 1,500 Grados Centígrados!!!) con una sonora carcajada (efecto que se tiene en las cuerdas vocales cuando se distienden antes de consumirse en llamas, JO-JO-JO!!) y diciendo: "Dame un puntito, Rudolf, nomás un puntiiitooo..., déjamelo, déjamelo... Ay Diosito".
... y cuenta la leyenda que así se vió por primera vez la Estrella de Belén: era el trineo de Santa fundiéndose como meteorito en la atmósfera. Qué Finale, allegro ma con brio!!).
Moraleja: eso de ser científico nomás no va con la "magia de la comercialización navideña".
De modo que ya no sufráis, camaradas: Santa chupó faros desde el primer despegue. Todo lo demás es culpa de la Coca-Chola esa.
Con todo rigor científico, se despide entonces,
El calculador Unicornio...
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