viernes, 19 de octubre de 2007

Fenómeno de ingravidez / Recuperar fuerza


El dios recibió una visita, pero al principio no le hizo mucho caso, en su rostro podía verse lo profundo de sus meditaciones mientras observa los astros, una estrella roja por aquí, un cometa por allá, y apenas abre la boca cuando comienza a hablar.

-Este maldito equilibrio, siempre tan entrópico, gobernando a moléculas, planetas y el pensamiento evolucionado, es imposible salir airoso cuando de mediar las cosas se trata, siempre tendiendo a donde no debe, a donde habrá más problemas y terminan todos atorados.

En lo personal no me preocupa el curso del agua, la ingravidez la convertiría a lo sumo, en una esfera, en una gota enorme, que de estrellarse buscará de nuevo quitarse –más- energía potencial, y encontrar su cómodo camino al sur, (eso sin contar con el apoyo de la tensión superficial, que siempre sale a flote)

Tampoco me preocupa el curso de los astros, hice bien en ponerles ese rechazo mutuo tan eficiente, la helio magnetosfera principalmente, y luego todas las demás, que tampoco los deja mantenerse quietos. Son unos envidiosos los planetas, pero me agradan la mayoría de ellos, que como los gatos, cada uno tiene su propia personalidad.

Lo que me preocupa es el pensamiento evolucionado, no el evolucionado en las generaciones, -por que puse solo unos cuantos grandes en cada generación-, sino el pensamiento evolucionado dentro de cada individuo, cuando pasan de ser un personaje común, a ser uno grande, y luego uno genial, y luego como dicen los mortales ‘lo perdemos’…(suspiro de angustia)

¿Dónde esta el punto?

¿Dónde falle en mi diseño?

¿Cuántos dioses han errado como yo? Ninguno! …Galaxias!

Me hunde en la desesperación y dudo de mi omnipotencia, de que me sirve la inmortalidad con esta desesperación.

La enfermera de turno se acerca y pregunta si todo está bien

-todo en control, señorita- dice la visita del dios, no sin tratar de ocultar la vergüenza por ese episodio

Al quedarse de nuevo solos, el dios vomita sobre sus chanclas plásticas, luego llora, al ver llorar a su visita.

-te pido que tomes la medicina

-Tu tampoco sabes quien soy y no me crees

-Te amamos papa, y queremos que vuelvas

-vete ahora.

La sala se queda sola, sólo el dios sentado con la vista en la bóveda celeste que nunca más poblará de galaxias o planetas, la enfermera se acerca con un cono de papel lleno de agua y un vaso con la capsula azul, y la verde.

-toma tu medicina, es hora.

El dios vacía ambos recipientes dentro de su boca, sonríe a la enfermera y regresa a su contemplación estelar.

-así se hace, Bruno, verás que pronto todo estará bien.

-Así será, sólo necesito recuperar fuerzas, ¿cierto?

-cierto Bruno.

-Sólo necesito recuperar fuerzas- repite cuando la enfermera se marcha, y escupe las capsulas sin deshacer dentro del charco a sus pies.

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