viernes, 14 de diciembre de 2007

lo primero que pienso al levantarme




Cuando cursaba la educación vocacional vi más cartas de amor que en una película de Hallmark. Había una rondalla en la escuela, y los chicos aprenden rápido las debilidades femeninas (ahí pude comprobar que es mentira que los hombres no tengan desarrollado el hemisferio izquierdo).

Cualquier ‘teamo-comonucaame-antes’ desarma las neuronas de las chicas y ya no pueden pensar que el ‘antes’ de un chico de 15 años no tiene amplios parámetros, a menos que cuente la miss del Kinder, la nena que le invitaba medio sándwich a los 8 y el faje interrumpido por los papas de la vecinita en el baño de su casa.

Pues bien, uno de los chicos mas exitosos entre las jovenzuelas, al que todos llamaban ‘el mapache’ mando una vez una carta a mi amiga, en la cual decía:

‘eres lo primero que pienso al levantarme, y lo ultimo que pienso al dormirme’

Haciendo a un lado la pequeñez de que -en efecto- me ha sucedido pensar en una persona desde que sale el sol hasta que se pone (y para colmo, soñar con ella), puedo decir que las mapachadas, también eran patrañas.

Bueno, todo esto me vino a la memoria hace tres días, cuando me di cuenta que no tengo un primer pensamiento único al despertar, me di cuenta de hecho que algo así como mis primeros 5 segundos (lo que tardas en poner los pies en el suelo –si no tienes reumatismo-) son dedicados a hacer un inventario de mis problemas.

Me despierto y me incorporo, para cuando estoy dando el primer paso ya pensé en diferencias personales, trabajo pendiente, dinero, que la camisa que quiero usar esta arrugada, que mi doctora no tiene para cuando atenderme, que todo mundo me dice que estoy subiendo de peso, y entonces me veo al espejo y compruebo que tienen razón.

Bonita manera de comenzar el día.

Luego me pregunto ¿Cómo hacer para mejor pensar en las cosas buenas que tengo?

Un lugar a donde ir (y no hablo del cine), 20 años de amistad a prueba de todo de K, algunas dentritas funcionales, muchos libros en el librero esperando ser leídos, y varios varios etcéteras mas.

¿Por que necesito estar plenamente consciente para llevar mi mente a las cosas buenas? ¿Por qué cuando está en automático sólo puede dirigirse a las cosas que me aquejan o me incomodan?

Bueno, la respuesta es sencilla, me conozco, soy fatalista, una optimista en rehabilitación, una realista escéptica que no quiere sorpresas, y sabe que cuando se espera lo peor, sin duda se acertara.

Ayer Mes me decía que al fatalismo se llega. (por que ella es positivista, mas allá del optimismo¿no?) Para muchos puede ser el punto del camino duro de la vida, en mi caso no es así, es mi estado natural, como hay gente optimista por naturaleza, gente aburrida sin remedio y esotéricos empedernidos, lo mío no es genético, ni aprendido, es medular (va un poquito mas allá)

Yo espero lo peor cada día aunque me esmere en lo contrario, estoy asumida, soy negativa, hasta nueva fatalidad.

¿Qué tiene que ver Mónica Bellucci en todo esto?

Nada, sólo quiero alegrarme un poco, después de todo.

Besos mortos

A.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja me encanto! y bueno, aunque yo no me considero del todo fatalista, q digo jamás podría igualarte de todas maneras, tengo una fórmula secreta para evadir lo malo cuando uno en serio "NO SE NECESITA PENSAR EN ELLO"...

Y la fórmula es, si.. Al estilo Scarlett O'Hara:

"-Hoy no quiero pensar en ello, mañana lo hare".

Jeje, tq.

Anónimo dijo...

Algunos tenemos habilidades excelentes: Poner la mente en blanco, no pensar en nada.

Con respecto a la frase casi inicial de "Eres lo primero.. y lo último...", qu{e ridiculeces puede llegar a decir uno cuando se está enamorado.

Siempre he pensado que el estado de enamoramiento es lo peor que le puede ocurrir a una persona inteligente.

Anónimo dijo...

''Hoy no quiero pensar en ello...mañana tampoco''

seria la fusion llamada enfazzer.

Ironía, sarcasmo, humor negro, sexo, amor y desamor, cine, libros, música, mujeres, locura, amargura y cosas peores