martes, 19 de agosto de 2008

Por que el anillo?

Desde finales del siglo XIX, hombres y mujeres comenzaron a defender y tomar la opción de la unión libre. Hoy no es extraño, al contrario, cada día es más común que las parejas decidan no casarse. Así, feministas, anarquistas y socialistas pueden tener muchas diferencias pero coincidir por ejemplo en este asunto, quizá su éxito numérico se deba a que hay muchas ideologías que son compatibles con este tipo de unión. Yo celebro que sea posible y que sea respetable no estar casado.


Las cosas para cualquier individuo cambian mucho cuando socialmente no tienes la opción.

Es muy sabido que la naturaleza humana nos hace apreciar de manera distinta aquellas cosas que siempre hemos tenido a aquellas de las que carecemos. Nunca olvidaré la charla que tuve con una señora mayor (mas de 70 años), quien goza de solvencia económica, suficientes para vivir de sus rentas.



‘’esa supuesta ayuda que dan a los adultos mayores, ¿de que les puede servir? 900 pesos al mes es nada!’’



Yo pensé que efectivamente 900 pesos al mes es nada para alguien que –como ella- vive en un club de golf. Pero sin duda, su visión de la realidad está reducida, por que hay cientos de miles de personas para quienes 900 pesos es la diferencia entre comer o no.


Para la mayoría de las personas ‘vivir libre’ es una opción, y casarse también es una opción, y toda la estructura social que hay detrás del matrimonio (legal, familiar, religiosa, etc) son cosas que dan por hecho, y que pueden no tener tanto valor como para los que simplemente, aunque quisiéramos, no la tenemos.



La libertad sólo existe cuando hay más de un camino para ejercerla. Nosotros no tenemos libertad ‘de vivir libres’, sino la obligación.



Pero que tiene que ver todo esto con el anillo?


Varios de sus comentarios venían en el sentido de que no es necesario tener un fetiche, y que el anillo no determina cuanto amor hay en una relación.


Ciertamente el anillo es un fetiche, por que es un objeto al que se le está confiriendo el valor de algo intangible. En este caso, el lazo que une a dos personas. Quizá comprenderían mejor la importancia de este fetiche aquellos para quienes el lazo que les une a otra persona sea absolutamente intangible. Para quien no hay posibilidad de tener todo lo que una unión ‘normal’ entre un hombre y una mujer puede tener y tiene (por que aun las personas que no han firmado el papelito, tienen derechos legales y reconocimiento oficial en todos los sectores de la vida de su pareja) Los casados no ‘necesitan’ un anillo, su unión ya está materializada en un papelito -de entrada-, y en muchos papelitos posteriores.


¿De que puede servir 900 pesos al mes?
¿De que puede servir un anillo?


Todo depende de tus ingresos quincenales, y el respaldo a la veracidad de tu unión.


*tomando las respetables diferencias entre no tener para comer, y no tener nada ni nadie cuando tu pareja te abandona, no tener el respeto del jefe, no poder llevarla a la cena navideña, no poder tomar una decisión medica, y que las familia no reconozcan que tú eres su familia ni en el lecho de muerte.


Quizá las lesbianas tenemos mas fetiches que ninguna mujer, quizá necesitemos terapia al respecto, quizá debamos asumir que nuestras aspiraciones de pareja no pueden ir mas allá (nunca) de lo que tenemos/sentimos el día de hoy, lo demás es incierto, invisible, ilegal, impalpable, oficialmente inexistente.



Por otro lado, tengo que reconocer, que es cierto, que un anillo no cuantifica el amor que alguien recibe. Puedes tener tantos anillos como la tigresa y nadie que se acuerde de ti. Puedes tener las manos vacías y una vida llena de amor. Cierto.


Pero de lo que si es indicador un anillo (no ‘el’ indicador) es del romance. (Yo sé…romance no es amor, como amor no es sexo)


Esa cosa que algunas mujeres bobas, aún disfrutamos en la vida (aunque sea en la vida de otros o en las películas, ya de menos) romance, anillos, palabras dulces, detalles, que suelen ser cosas realmente inservibles en el sentido mas práctico de la vida, pero que pese a ello, son capaces de hacernos latir y sentir por un momento, que somos más que solo una más.


Besos sin romance
Poesia.

8 comentarios:

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Yo amo mi argolla de matrimonio porque son dos anillos unidos en uno solo (como esos anillos que venden en los puestos de plata). Un verdadero símbolo de unión. Estoy casada sólamente por el civil, y pues lo tangible de mi relación sería el papelito, pero como está guardado en un archivo que nunca veo, el anillo sí materializa (símbolicamente) mi unión. Digo, la verdad, como bien dices, no es más que un fetiche. Pero cada quién con los suyos.
Besos fetichistas

Anónimo dijo...

La verdad es que no suelo usar nada en las manos, me incomoda y todo lo que me hace estar incomoda procuro no usarlo (vestidos, tacones, etc)si uso aretes es casi por milagro divino. Yo sólo he usado un anillo en mi vida, me lo dio una amiga de la secundaria, que mandó a hacer 6 anillos iguales con las letras AXS (amigas por siempre [hiper-cursi lo se]). un buen día la amistad se fue diluyendo y de igual manera un día perdídicho anillo (quizá si lo use 6 meses sea mucho decir). Nunca más volví a usar uno.

Pero regresando al tema del post,yo concuerdo con Poesia en que nuestra naturaleza humana nos hace apreciar de manera distinta aquellas cosas que siempre hemos tenido a aquellas de las que carecemos. Yo creo que si fuera heterosexual no me importaría tanto el que un papel me diera el reconocimiento frente al mundo de mi relación de pareja (es más casi podría asegurar que me negaría a firmar un papelito), pero como no es así, como soy lesbiana y como tal la relación que tengo con mi pareja no tiene un reconocimiento implícito frente al mundo, si tengo ese deseo vehemente de tener "algo" un papel, un anillo (aunque me incomode), que de alguna forma "valide" la relación con mi pareja, que me distinga frente al mundo y que diga que no soy alguien más en su vida.

No se quiza es que yo soy una eterna inconforme que siempre anhela lo que no puede tener, o porque soy una romántica sin remedio, pero dentro de mis más reconditos deseos es el tener una boda, firmar un papelito que diga cuanto amor hay en mi vida....

El Diablo Des. dijo...

Creo en mi caso, cuando estuve metido en esas cosas, era más por tradición y prestigio que las locas que se iban a meter conmigo por una eternidad, querían el anillo. Gracias a mi buena suerte, eso nunca sucedió.

Ganima dijo...

Estoy felizmente comprometida en una relación de la cual nacerá un fruto muy anhelado por ambos, el pirigüín que flota en mi vientre, es el mayor símbolo de la unión que tengo con mi pareja y el amor verdadero que sentimos el uno por el otro, indestructible aun ante las adversidades y superador del hedonismo egoísta que se pueda sentir, por que en las relaciones se goza mucho, pero también se sufre, y ahí está la gracia, el mantenerse en ella, contigo pan y cebolla, aun que rompas aveces el lema de que a este mundo se vino a ser felices.

Volviendo al tema, nosotros pretendemos casarnos, es decir, firmar el mentado contrato que te une en lo legal para darte el estado civil de casada, mujer de…….

Yo quiero ponerme el anillo, de partida por que me encantan las joyas y por que me gusta también el romance que lleva involucrado, también quiero que él use el anillo, de hecho, más que el contrato me importa el anillo como símbolo, símbolo de nuestro amor, de fidelidad y por sobre todo, símbolo de mi propiedad hacia él, ¡MI HOMBRE!..

Posesiva soy, leo es mi signo, pero creo que los rituales y las costumbres son necesarias para mantener los afectos y vivos también los recuerdos de ciertos momentos que marcan tu vida, como el hecho de decidir estar para siempre con otra persona que ni siquiera es tu consanguíneo.

Viva la celebración de los cumpleaños con torta y la petición de los tres deseos, el árbol de Navidad, sea o no costumbre nacional o importada muy arraigada en nuestra cultura, la celebración de los aniversarios, y por supuesto, la dorada y brillante argolla de matrimonio o compromiso.

Esta de más decir que el hecho de no tenerla no significa que no pertenezco, pero la materialidad de la argolla también es energía que te recuerda que prometiste muchas cosas por amor.

Hela DeVeaux dijo...

Sabes Poe? Extrañamente, de cierta manera, me considero una de esas mujeres "bobas" que disfrutan del romance, anillos y demas cosas. Como mencionas, todas esas cosas representan al amor, no son el amor en si. Pero entonces mi pregunta es, cuando ya no se tiene ese enamoramientos, los detalles, el romanticismo, es aun amor?

Estoy de acuerdo que con el tiempo las cosas cambian, pero como sabes cuando ese amor se convierte en otra cosa, en amistad, en cariño tal vez? Como saber que aunque hiciste un compromiso tal vez sea mejor que cada quien siga con su vida por separado?

Pensando ahorita en lo de la señora de los $900 al mes. No es que ese dinero no sea nada, sino mas bien que ya no es lo que solia ser... y asi el amor.

El Diablo Des. dijo...

Renovar o morir.


Alguna vez una novia que tuve y con quien por poco me casaba, me dijo en su infinita sabiduría algo que hasta hoy considero una máxima en mis relaciones. Tal vez de entrada pueda parecer algo chocante y hasta pedante, pues a mi me tomo de igual manera, pero al reflexionar sobre eso, he llegado a pensar que básicamente es la esencia de lo que uno hace y espera.


El Diablo Des.: ¡¿Y qué, crees que estoy aquí para entretenerte?!

Novia que tuve y con quien por poco me casaba: Si.

El Diablo Des.: Ah, pues si.

Nephalin dijo...

MMM... un anillo es como tener un conttrato firmado para amar pero quien nos puede asegurar que podrá ser respetado un anillo es un simple pacto como la palabra de los caballeros en la edad media. Yo Te entiendo porque yo no pido un papel firmado para amar sólo que ami lado quieran estar...

Anónimo dijo...

(…) “No amo nada salvo este anillo que me es caro porque estuvo en el dedo… Pero me aventuro demasiado: ¡basta, lengua!...
Raimbaut d’Orange

… Y, por otra parte, sabemos que el anillo (cambiando entre Tristán e Iseo) es el signo de una fidelidad que justamente no es la de los cuerpos. Subrayemos, en fin, este hecho capital; las virtudes de la cortesía: humildad, lealtad, respeto y fidelidad hacia la dama, aparecen aquí para rechazar el amor físico.

Amor y Occidente. Denis de Rougemont

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