México globero

Recuerdo en mi infancia que se acostumbraba decir que nuestro querido México, era un “país globero”.
Según tenía entendido era un calificativo despectivo contra su gente (contra nosotros), pues las personas eran tan tontas, que cuando un globo se le escapaba de las manos a un niño o a un vendedor, la mayoría de la gente en la calle seguía embelesada por varios minutos la trayectoria del globo surcando el cielo.
Con esto trato de ejemplificar cómo nosotros los mexicanos nos dejamos influenciar por cosas intrascendentes y hasta tontas, pero que desgraciadamente los medios de comunicación las convierten en la gran nota del día o la semana.
Los principales diarios del país y también el noticiero de Joaquín López Dóriga, han publicado como la gran noticia, la existencia de un personaje en los pasillos del aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Se trata de Hiroshi Nohara, un japonés que lleva varias semanas viviendo, comiendo y durmiendo en la terminal aérea del DF.
La nota ha sido seguida por millones de personas durante varios días, mucha gente ha acudido a ver a este sujeto y hasta le han pedido autógrafos o buscan sacarse una foto con él, por el simple hecho de haber salido en la tele.
¿Pero qué tiene de particular este sujeto? Solamente que el tipo, ha decidido vivir como indigente, comiendo comida rápida, no bañarse, y dormir en las sillas de la sección de alimentos. Sin embargo se niega a regresar a su país y hasta presume tener su boleto de regreso.
Es patético que la gente y los medios le den tanta importancia a un hecho como este (incluso yo al comentarlo en este blog), pues el japonés no es la gran cosa, en su país era repartidor de propaganda y aquí vive como indigente.
Lo más triste del asunto es que si Hiroshi Nohara fuera un guatemalteco, salvadoreño o hasta un mexicano, ya habría sido deportado o corrido a patadas por el personal de seguridad del aeropuerto.
En los aeropuertos de Los Ángeles, Nueva York, Frankfurt o Sydney, hay muchas personas o indigentes que viven igual que Hiroshi Nohara y nunca han sido ni siquiera volteadas a ver por los viajeros.
Estoy seguro que si un mexicano decidiera vivir como este japonés en cualquiera de los miles de aeropuertos en el globo terrestre, pasaría desapercibido y hasta podría meterse en líos con las autoridades.
En fin, dejemos que López Dóriga siga publicando la historia del japonés en México, quien hasta no dudo que lo quieran hacer personaje de una película o telenovela, como muchos extranjeros perdedores que han logrado triunfar en México.