Gracias, Arabe por su colaboración en este blog.
Sabemos que Santa era nórdico, muy probablemente anglosajón. Que cómo lo sabemos? Simple. La planeación y logística necesarias para elaborar tanto juguete en un año sólo se podría dar en Alemania o Suecia. Lo que no se sabe es que un duende mexicano causó su muerte. Si, en efecto.
El individuo en cuestión solía trabajar en la arena México, como luchador enano; “Enmascaradito de plata” era su mote. Todo iba de maravilla hasta que tuvo un encuentro con “Aluxe” (el yucateco) y quedó definido que sólo había lugar para un duende en la lucha libre. Con una costilla rota, su dignidad por los suelos y desempleado, nuestro pobre protagonista salió del país rumbo al norte. Pasó la frontera, de mojado, por unos ductos , debido a su tamaño no se quedó atorado, (como la una pobre mujer hace unos días). Poco a poco fue recorriendo el territorio buscando un refugio de la xenofobia norteamericana y terminó en el polo norte. Eso, cabe notar, no habla muy bien de nuestros país vecino.
Nuestro duende (y digo nuestro por que a nosotros nos encanta adueñarnos de los héroes, que no? Cuando la selección de futbol gana “ganamos” y cosas por el estilo) por fin encontró trabajo en uno de los talleres de Santa Enterprises, Inc. Como obrero de ensamble, el trabajo idóneo para el mexicano, según la SEP. Más tarde fue promovido a llenado de bolsas, donde ocurrió el fatal accidente. Santa se la pasaba supervisando la producción en mangas de camisa, gritando órdenes, archivando pedidos, etc.
Un buen día, sin darse cuenta, el mexiduende dejo una patineta fuera del paquete. Descuido, desorganización, falta de six-sigma y lean process… que se yo! Llámenle como quieran. Lo cierto es que fue un mero accidente, sin ninguna premeditación de su parte. Santa en una de sus rondas pisó la patineta y salió con sus 358 kilos volando por los aires. El duende vio, como un gran asteroide sobre su cabeza, la monumental masa que estaba a fracciones de segundo de aplastarlo y llevárselo a el también su tumba. Pero años de entrenamiento en las luchas por lo menos le dejaron buenos reflejos y pudo librar el golpe, metiéndose debajo de una mesa. Sin carne de duende que le amortiguara el golpe, Santa se desnucó al caer al suelo.
Al día siguiente, los titulares de los periódicos decían: “SANTA SLIPS”, lo que si fuera título de una película, en México la traducirían como “Las zapatillas de santa” o, en el peor de los casos “El final inesperado de santa” o “Santa enamorado”.
La noticia recorrió el mundo con velocidad vertiginosa. Esa fue la primera navidad que no se convirtió en un show mediático, en una mercadotecnia consumista y realmente nos enfocamos en los verdaderos valores navideños. Todo gracias a un héroe desconocido, a un instrumento del destino, a un mexicano ejemplar.
Sabemos que Santa era nórdico, muy probablemente anglosajón. Que cómo lo sabemos? Simple. La planeación y logística necesarias para elaborar tanto juguete en un año sólo se podría dar en Alemania o Suecia. Lo que no se sabe es que un duende mexicano causó su muerte. Si, en efecto.
El individuo en cuestión solía trabajar en la arena México, como luchador enano; “Enmascaradito de plata” era su mote. Todo iba de maravilla hasta que tuvo un encuentro con “Aluxe” (el yucateco) y quedó definido que sólo había lugar para un duende en la lucha libre. Con una costilla rota, su dignidad por los suelos y desempleado, nuestro pobre protagonista salió del país rumbo al norte. Pasó la frontera, de mojado, por unos ductos , debido a su tamaño no se quedó atorado, (como la una pobre mujer hace unos días). Poco a poco fue recorriendo el territorio buscando un refugio de la xenofobia norteamericana y terminó en el polo norte. Eso, cabe notar, no habla muy bien de nuestros país vecino.
Nuestro duende (y digo nuestro por que a nosotros nos encanta adueñarnos de los héroes, que no? Cuando la selección de futbol gana “ganamos” y cosas por el estilo) por fin encontró trabajo en uno de los talleres de Santa Enterprises, Inc. Como obrero de ensamble, el trabajo idóneo para el mexicano, según la SEP. Más tarde fue promovido a llenado de bolsas, donde ocurrió el fatal accidente. Santa se la pasaba supervisando la producción en mangas de camisa, gritando órdenes, archivando pedidos, etc.
Un buen día, sin darse cuenta, el mexiduende dejo una patineta fuera del paquete. Descuido, desorganización, falta de six-sigma y lean process… que se yo! Llámenle como quieran. Lo cierto es que fue un mero accidente, sin ninguna premeditación de su parte. Santa en una de sus rondas pisó la patineta y salió con sus 358 kilos volando por los aires. El duende vio, como un gran asteroide sobre su cabeza, la monumental masa que estaba a fracciones de segundo de aplastarlo y llevárselo a el también su tumba. Pero años de entrenamiento en las luchas por lo menos le dejaron buenos reflejos y pudo librar el golpe, metiéndose debajo de una mesa. Sin carne de duende que le amortiguara el golpe, Santa se desnucó al caer al suelo.
Al día siguiente, los titulares de los periódicos decían: “SANTA SLIPS”, lo que si fuera título de una película, en México la traducirían como “Las zapatillas de santa” o, en el peor de los casos “El final inesperado de santa” o “Santa enamorado”.
La noticia recorrió el mundo con velocidad vertiginosa. Esa fue la primera navidad que no se convirtió en un show mediático, en una mercadotecnia consumista y realmente nos enfocamos en los verdaderos valores navideños. Todo gracias a un héroe desconocido, a un instrumento del destino, a un mexicano ejemplar.
12 comentarios:
"Santa Slips" = "Las zapatillas de santa"
JA, JA, JA, JA :D
Buenísima esta serie de entradas santacidas.
Besos divertidos
tambien: Querida, mate a Santa
Hay que seguirlo matando mas seguido... no?
Saludos a deshora.
No, no, no...
Evidentemente, esta es la "retrocontinuación" de la saga de "SANTA CLAUSULA". Así que deberíamos etiquetarla como...
"SANTA CLAUSULA, EPISODIO 0: LA HUEVA DE LOS CLONES"
Despidiéndose después de tan acertada titulación (jejeje) les desea Felices Fiestas (sin Santa y sin Fanta... de Grosella),
El Argumental Unicornio...
No, no, no...
Evidentemente, esta es la "retrocontinuación" de la saga de "SANTA CLAUSULA". Así que deberíamos etiquetarla como...
"SANTA CLAUSULA, EPISODIO 0: LA HUEVA DE LOS CLONES"
Despidiéndose después de tan acertada titulación (jejeje) les desea Felices Fiestas (sin Santa y sin Fanta... de Grosella),
El Argumental Unicornio...
En la torre... Perdón...
Por andar balconeando a los clones...
¡Me clonaron mi comentario!!!
(Esperen el próximo capítulo de esta saga: Episodio 00 - La Venganza de los Clonados).
Vengativamente, se vuelve a despedir,
El Clonado Unicornio II...
Queridas
Creo que debemos estar felices, pues estamos teniendo una experiencia tan liberadora -como comentaron aquí, en el post de A- eso de matar una y otra vez al santa, es divertidísimo; muy recomendable para sacar la neura y el grinch que todos llevamos dentro.
Besos agradecidos
Se me pasó comentar que la figura que ilustra esta entrada, me recordó al gnomo viajero del film "Le fabuleux destin d'Amélie Poulain".
Querida A:
Deudas de Caballo con Cuerno son Deudas de Honor.
Ya está lista la Historia-Cuento de Navidad (?!) con la que agradezco vuestros inspiradores cuentos.
Cuando quiera, se le recibirá con gusto en los unicornianos lares.
Agradecidamente, se despide,
EL Narrativo Unicornio.
P.D: Y Felices Fiestas para To2 por aquí!!!
Me encantó el blog, solo que no encontré como "seguirlo" y me dio flojera seguir buscando.
Saludos!
MUY BUENA LA HISTORIA, Ja, ja jajaaa!! !
Yo siempre me he preguntado quienes son esos no loados hèroes encargados de la traducción de los títulos de la películas en inglés... Ellos también se merecen un reconocimiento!!!!
Esto es pura catarsis, catarsis pura!
Unicorbio ya te lei, y bueno, ya veras mi comentario :)
Besos relajados
A
Publicar un comentario