De rodillas

la frase sugerida fue: la cama matriarcal

Las mujeres somos fuertes por naturaleza, por algo Dios nos prefirió para cargar y alimentar la simiente humana dentro del propio cuerpo, y entre las mujeres, yo soy fuerte, mi piel está curtida por el trabajo continuo de sol a sol, he resistido los elementos, el agua, el viento, lo mismo que el hambre y sobretodo la mano ruda de Petra, que no duda con la vara de naranjo al momento de castigar, ni al levantarme cuando el sol aún no ha salido

Petra ha sido dura conmigo por que no tengo mas familia que el pueblo, por que no tengo dote y quizá nadie quiera casarse conmigo, por que carezco de pertenencias, de un trozo de tierra que pueda cultivarse, así que todo mi valor esta cimbrado en el poder de mis manos, en mi resistencia a todo, y también en mi obediencia ciega a ella primeramente, y luego a sus hijas. Aunque Petra puede ser igual con todo el pueblo, nos dirige con tiranía y toma su parte del trabajo de cada familia, y a veces -la mayoría- toma un poco más. Pero los designios divinos son así, su familia ha dado buenas mujeres para estar al frente de nosotros, ya son 5 generaciones en que el poder permanece en su casa, aunque Petra ha sido la peor de todas, dicen los mas viejos, cuando piensan que nadie escucha, por que es triste la suerte de quien ose levantar la voz contra ella. Sus hijas tienen oídos en todas partes, y pasan gritando por la calle maldiciones contra el ‘malagradecido’, siempre acompañadas de dos peones que llevan lazos con nudos y los agitan mientras llegan a donde esté quien dijo algo no debido. Así sucedió esta tarde, pero la conclusión del evento tuvo un paisaje muy distinto al habitual, no hubo un hombre maltratado por lazos, tirado en el piso y disculpándose con las herederas de Petra; tanto ellas como los peones quedaron en el piso muertos por el machete del primer osado, no valiente, ya que huyó sin que alguien sepa a donde.

La noticia llego de inmediato a Petra, quien sintió entre sus pechos enormes, el peso de la muerte de aquellas a quien había amamantado. Cayo al piso en un quejido lamentable, los mensajeros corrieron por el yerbero y la dejaron a ella intentando incorporarse. La cama matriarcal seguía vacía cuando la ayuda llego, Petra por un costado de la cabecera murió de rodillas intentando subir, curiosa muerte, curiosa venganza del destino, para la que nos mantuvo de la misma manera a lo largo de su vida.

Besos vengados

Poesia