martes, 14 de octubre de 2008

Es muss sein...


¿Amor es casualidad o destino? ¿He de creerle a Platón cuando comenta que nos pasamos la vida buscando la mitad complementaria que perdimos en la primigenia de los tiempos?
Hesse comentaba en Demian que las casualidades no existen: sólo la necesidad del hombre le procura aquéllo que desea. El mismo principio era ya defendido por Esquilo en su mejor obra -Prometeo encadenado-: "en contra de la necesidad, en contra de su fuerza, nadie puede pelear y vencer".
Por otra parte, Kundera comenta que: "No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de Asís".
En resumen: ¿quién tiene la razón? No sabría decirlo.
Pero... como también comenta Kundera, "precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre".

Si alguno se pregunta a qué viene todo esto, tal vez se deba a los brazos de la fiebre que aún abarcan mi frente.... o tal vez sólo son delirios desencadenados por la lectura de un ensayo de Denis de Rougemont "Amor y occidente". Si bien le decía la vecina a mi madre: "Ya no deje que su hija lea tanto, va a quedar loca" lástima que mamá hizo caso omiso.

Aquí unos fragmentos del capítulo "Eros o el deseo sin fin": Disfrútelo con café, chocolate, mate, agua Evian...

(...) Platón nos habla en Fedro y en el Banquete de un furor que va del cuerpo al alma, para transformarlo con malignos humores. No es éste el amor que elogia. Es otra especie de furor o de delirio que no se engendra sin ninguna divinidad y que no se crea en el alma, dentro de nosotros mismos: es una inspiración del todo extraña, una atracción que actúa desde afuera, una enajenación, un rapto indefinido de la razón y del sentido natural

Tal es el amor platónico: “delirio divino”, arrebato del alma, locura y suprema razón. Y el amante está, cerca del ser amado, “como en el cielo”, ya que el amor es el camino que sube por grados de éxtasis hacia el origen único de todo lo que existe, lejos de los cuerpos y de la materia, lejos de lo que divide y distingue, más allá de la desgracia de ser uno mismo y de ser dos en el amor mismo.

El eros es el deseo total, es la aspiración luminosa, el impulso religioso original llevado a su más alta potencia, la extrema exigencia de pureza que es la extrema exigencia de unidad… la dialéctica de eros introduce en la vida algo enteramente extraño a los ritmos de atracción sexual: un deseo que ya no recae, que nada puede satisfacer, que rechaza y rehúye la tentación de cumplirse en nuestro mundo porque sólo quiere abrazar el todo. Es el sobrepasarse infinito. Y éste es movimiento sin retorno.

Auf wiedersehen.

7 comentarios:

marichuy dijo...

Aurore

No sé si sea "la mitad complementaria perdida en la primigenia de los tiempos", lo que buscamos; a veces, de manera infructuosa. Lo que si creo, es que muchas mujeres buscamos en el lugar equivocado; o peor aún, de tanto idealizarlo y llenarlo de cualidades, quizá inexistentes, terminamos por decepcionarnos cuando de la imaginación, nuestro "delirio divino" pasa a la realdiad... como Emma Bovary.

Saludos reales

Amorexia. dijo...

El amor platónico si se consuma, deja de serlo, esa es su mayor desventaja. Como toda idea.

saludos a deshora.

Anónimo dijo...

Que exista un amor platónico no significa que no pueda consolidarse uno real. Pero pocos llegan a des-cegarse de la ilusión.


Saludos.

Anónimo dijo...

Marichuy: eso me hizo rememorar cuando nuestra profesora de sexualidad -allá en la facultad de Medicina de la UAEM- comentaba el hecho de que el enamoramiento (al ser un estado alterado de conciencia al que podemos aspirar de forma legítima) llevaba consigo, precisamente, una percepción alterada del mundo y especialmente de la persona amada. No sólo eliges un arbolito en los bosques de los árboles de Navidad, lo embelleces -según tu gusto personal- con los adornos que más lo agracien. Una vez que las feromonas dejan de ejercer efecto en tu órgano vomeronasal y la feniletilamina, la noradrenalina, la dopamina y la oxitocina -desencadenadas especialmente en el orgasmo- se disipan, la corteza cerebral retoma el mando y sólo puede articular un ¿qué cuernos pasó aquí?.
Y no es que busquemos en sitios equivocados, sino que seguimos patrones -inconscientes, arcanos- en nuestra búsqueda de pareja.

Amorexia: efectivamente, el amor cortesano -y toda su concatenación- se basa en el domnei -el vasallaje amoroso- a una dama (o caballero, o ente viviente cualesquiera)prohibido. Una vez desaparecidos los obstáculos que lo tornan un ideal, se muta en "mundano", con la pérdida subsecuente de la sustancia etérea.

Nav!'s: efectivamente, si despojado del velo de la efervescencia de las hormonas, si ves a tu dios(a) derrumbado del altar y aún así te inclinas a unir los fragmentos... bienvenido al amor de tipo ágape.

Anabel dijo...

Creo que el amor siempre es platónico ya que nunca se consuma; esta lejos de los cuerpos y de la materia, lejos de lo que divide y distingue, más allá de la desgracia de ser uno mismo y de ser dos en el amor mismo.

No coincido con eso de que hay otra mitad para cada uno. Eso sería considerarnos incompletos.

Un saludo :]

Anónimo dijo...

Amazonia: como lo diría el gran Borges...

(..) Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores.

Anónimo dijo...

amor? amor?...de verdad amor? nah!...

storm

Ironía, sarcasmo, humor negro, sexo, amor y desamor, cine, libros, música, mujeres, locura, amargura y cosas peores