viernes, 31 de octubre de 2008

Hotel dulce hotel


Ella, de quien por discreción, omito el nombre, fue muchas cosas, mi amante, mi inciadora, mi instructora en la perversión, pero nunca fue mi amor.

Yo fui su amante, la otra, en quien encontró la pasión que su pareja -20 años mayor que nosotras- no le podía dar.

Fui a quien pidió las barbaridades propias solo de la adolescencia o la locura, los lugares públicos, el hogar materno, los artilugios de quienes no pueden ya hacer el amor, fue ella quien me untó de todo lo posible para luego dejar mi cuerpo en blanco como una hoja y dibujarme ahí con pintaojos, las figuras de dos mujeres haciendo lo que esa misma tarde haríamos también nosotras.

Fuimos nosotras las que escapamos de la gente para besarnos a escondidas en los baños de la terminal de autobuses, fuimos nosotras, las que jamás nos juramos amor, ni dijimos una palabra mientras la piel de la una era la piel de las dos. Nuestra unión fue pasional, carnal, perfecta y sin promesas, sin celos, sin mañana,

Fue ella quien me ofreció el amor más generoso que jamás he recibido, en aquella carretera, lo recuerdo, un día como hoy.
**************
A las peligrosas rubias de bote que en relicario de sus escotes perfumaron mi juventud.
Al milagro de los besos robados que en el diccionario de mis pecados guardaron su pétalo azul.
A la impúdica niñera madura que en el mapamundi de su cintura al niño que fui, espabiló.
A la flor de lis de las peluqueras que me trajo el tren de la primavera y el tren del invierno me arrebató.
A las flores de un día que no duraban, que no dolían, que te besaban, que se perdían.
Damas de noche que en asiento de atrás de un coche no preguntaban si las querías.
Aves de paso, como pañuelos curafracasos.
A la misteriosa viuda de luto que sudó conmigo un minuto tres pisos en ascensor.
A la intrépida cholula argentina que en el corazón con tinta china me tatuó peor para el sol.
A las casquivanas novias de nadie que coleccionaban canas al aire burlón de la "nit de Sant Joan".
A la reina de los bares del puerto que una noche después de un concierto me abrió su almacén de besos con sal.
A Justine, a Marylin, a Jimena, a la MataHari, a la Magdalena, a Fátima y a Salomé.
A los ojos verdes como aceitunas que robaban la luz de la luna de miel de un cuarto de hotel, dulce hotel.

11 comentarios:

marichuy dijo...

Hola Sofía

El segundo texto, poema... qué bello. ¿Es tuyo?

Saludos

Anónimo dijo...

Sin amor, sin promesas pero con delicadeza.

Saludos.

Anónimo dijo...

Marichuy:
Es una canción del magister Joaquín Sabina, titulada "Aves de paso".

E.L.V.I.R.A. dijo...

No hay nda mas hermoso y muchas veces mas entregado que una pasion prohibida...

Prado dijo...

Brindo, yo también.

marichuy dijo...

Aurore

Gracias. Qué ignorante me he sentido, ups. Y eso que Joaquín Sabina me encanta,...

Anabel dijo...

Mágica esa época.

Amorexia. dijo...

En la pre-historia de lo que somos siempre el big bang fue un ave de paso... Excelente escrito, realmente maravilloso, complemento exitoso, JS suele haber dicho ya muchas cosas mejor que nosotros...

Saludos a deshora.

La Guera Rodríguez dijo...

Hola Sofia..

sabes...? eso que describes es exactamente lo que me gustaria conocer, experimentar, es lo que he buscado sin saber donde y que me gustaria poder llegar a conocer...
porque sera que esa curiosidad al despertar de ese cumulo de sensaciones me sigue persiguiendo siempre?

Besos !

Diana

Vidita dijo...

jajajajajaja Guera pues que falta de confianza nomas diga rana y muchas brincan se lo aseguro .

Mil besos

Sofía que hermoso texto.

A dijo...

Vidita, me quitaste las palabras del teclado. Ahora Diana no sabra como safarse de tanta propuesta indecorosa.

besos locos
A.

Ironía, sarcasmo, humor negro, sexo, amor y desamor, cine, libros, música, mujeres, locura, amargura y cosas peores